Pablo Alcázar López

Donde los ángeles

12/01/2011

El principal problema de los ricos, de los mandatarios y de los eclesiásticos en los dos últimos dos siglos ha sido qué hacer con las masas. Desde la Revolución Francesa, a la gente le dio por invadir las aceras y las calzadas con un proyecto, más o menos elaborado, en la cabeza: acabar con la diferencia abismal que había entre ricos y pobres. Y hubo que adaptar las calles, las doctrinas, la policía, el ejército, las encíclicas y los discursos a la nueva situación. En París los arquitectos hicieron las calles muy anchas para que las masas, afluidas desde les banlieus, no pudieran provechar cualquier excusa para arrancar los adoquines y hacer barricadas. A Ganivet, en 1896, le molestaba que los pobres se fueran a vivir al extrarradio. En Granada la Bella, propugna que ricos y pobres sean vecinos en la ciudad. Que las casas de pobres y ricos, si no adosadas, sean contiguas. Nada de ensanches, que lo único que consiguen es “poner frente a frente dos centros de combate”. Las iglesias volvieron sus ojos compasivos hacia los desprotegidos y les sirvieron en las homilías la sopa boba de las encíclicas sociales. La burguesía asustada, usó de cierta manga ancha y dejó que los nazismos y los fascismos incorporaran a su currículo propuestas de mejora de las masas, tomados del pensamiento socialista. Y les dieron carta blanca para repartir leña y tener a las masas ocupadas. La cosa no fue bien y todo terminó en catástrofe. Y tras la reconstrucción de Europa, con los comunistas agazapados tras el muro, las masas pudieron comer, trabajar muchas horas, poner a sus niños a estudiar y disfrutar de un mes de vacaciones. Los ricos no desaparecieron y gracias a los medios de comunicación se han venido a vivir a nuestras casas, a nuestros saloncitos de estar, a los monitores de nuestros PCs, a nuestras tv de plasma: a los ensanches que han abierto las redes sociales. Y no sabemos qué hacer con ellos. Y menos mal que a los expresidentes del Gobierno, en España, al menos, los hemos conseguido colocar bien en empresas públicas. Aunque no creo que nos los quitemos de encima del todo.

https://granadarepublicana.com/2011/01/la-invasion-de-los-ricos.html

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