Cualquiera Vale

06/01/2011

En el parto de nuestra democracia quedaron muchas cuentas pendientes. La transición se dejó en el camino demasiado equipaje y hoy toca recordar algo sobre ello. En 1977, la Ley de Amnistía se olvidó, entre otras cosas, del reconocimiento de un colectivo muy importante de luchadores por la libertad: la Unión Militar Democrática (UMD). Este recordatorio viene a cuento por que hoy nos ha dejado alguien al que la libertad, la inteligencia y la memoria le debe mucho: el profesor, historiador y exmilitar de carrera Gabriel Cardona ha fallecido hoy (ayer) a los 72 años en Barcelona.

Cardona fue uno de los fundadores de la UMD y en la actualidad era profesor de Historia Contemporánea en la UB. Entre la abundante bibliografía creada por Cardona destacan libros como “El poder militar en la España contemporánea hasta la guerra civil” (1983), “Franco no estudió en West Point” (2002), “El gigante descalzo: El ejército de Franco” (2003) o “Los Milans del Bosch: Una familia de armas tomar” (2005). También escribió “Historia militar de una guerra civil” (2006), “El poder militar en el franquismo” (2008), “Alfonso XIII, el rey de espadas” (2010) y “Cuando nos reíamos del miedo” (2010).

No se me ocurre mejor homenaje que transcribir algunas de sus palabras y de sus ideas. Para Cardona, el sistema franquista tiene “continuidad” con la democracia. El historiador se mostró combativo con los vientos actuales que pretenden no mover la historia del pasado: “Lo peor es la amnesia, y hay que recordar que España hizo, a la muerte de Franco, un ejercicio voluntario de amnesia”. Esa amnesia y el sistema educativo eran, para Cardona, las causas de que muchos de sus alumnos no hubieran oído o leído casi nada del franquismo: “Una situación dramática, porque tu país se ha quedado de repente sin su pasado”.

Hay muchas formas de ser coherentes con la lucha por un mundo mejor y el profesor Cardona lo fue con nota: primero, desde la militancia contra la dictadura en el peor lugar posible y en uno de los peores momentos posibles: el Ejército español de la última etapa de la dictadura franquista y, después, desde su valioso trabajo como maestro e investigador (sus alumnos y compañeros lo saben bien…). Se ha ido otro de los mejores y desde hoy, todos y todas, estamos un poco más huérfanos. Muchas gracias por todo, profesor.

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