Hugo Martínez Abarca
Quien mucho abarca
08/04/2010
Desde hace algún tiempo vengo sosteniendo que la Transición no es un breve periodo de años tras la muerte de Franco que da lugar al régimen constitucional, sino que la Transición es un Régimen en el que seguimos inmersos (como la Restauración duró treinta y cinco años pese a que el acto concreto de restaurar al Borbón se produjo en un sólo día en que se produjeron el pronunciamiento militar de Martínez Campos y la coronación de Alfonso XII). El procesamiento de ayer de Garzón a instancia de Falange y otros grupos ¿post?franquistas no hace sino confirmar que estamos en un Régimen que no se ha salido del cauce que se decretó en aquellos años y que quien se salga de ese cauce (incluso si es alguien tan del sistema como ha sido Garzón) se sitúa al otro lado de los márgenes de lo permisible.

Uno de los límites insuperables es la ruptura con la dictadura fascista de Franco. No sólo no se pudo romper jurídicamente, sino sobre todo política y moralmente. Con la connivencia de abanderados de la izquierda plenamente entregados al nuevo poder y al orden (pienso en Carrillo desde la política, avalista imprescindible de la Ley de Amnistía y que rechazó desde el principio con la investigación de Garzón, o en Santos Juliá desde la academia, que tanto esfuerzo ha puesto en minusvalorar los trabajos de los historiadores recientes inventándose que tras el franquismo sí se investigaron los crímenes de la dictadura en la Universidad –leed el estupendo artículo de Francisco Espinosa al respecto-), se echó un manto de mierda que tapara los crímenes y sobre el que pudieran continuar caminándo quienes hicieron carrera política, financiera, policial, militar o judicial bajo los Principios del Movimiento Nacional.

Cuando Juan Carlos de Borbón afirma que delante de él no permite que se hable mal de Francisco Franco (el mayor asesino de la Historia de España), no habla a título personal: habla el Jefe del Estado y parece que el monarca recuerda a aquel familiar suyo que proclamó que él era el Estado. Delante del Estado no se habla mal de Francisco Franco, hasta ahí podíamos llegar. Y no se hace desde ninguna de sus instituciones. Por eso la Ley de Memoria Histórica fue tan descafeinada y estéril: en pleno del Régimen de la Transición no cabe romper política y moralmente con los crímenes franquistas. Por eso la judicatura española no puede asumir que estén vigentes aquí los tratados internacionales firmados por España y recogidos por la Constitución que declaran imprescriptibles e inamnistiables tengan vigor en España. Por eso la judicatura persigue al juez que trató de sacar a los asesinados de las fosas comunes a las que fueron arrojados para que sus familiares los entierren como deseen. No se trata de Garzón, se trata de España, de salvar la España de la Transición.

Digo que “la transición” ha muerto. Muere el mito, la farsa, la leyenda, la creencia religiosa según la cual tuvimos una transición modélica a la que todo el planeta mira admirado. No es así: hoy todo el mundo señala abochornado a un país en el que Falange expulsa al juez que investiga su genocidio, que es como si el NSDAP hubiera conseguido inhabilitar a los jueces de Nürnberg (que tenían mucho menor soporte legal que Garzón, pero fueron ciertamente más expeditivos), a un país que abrió la puerta a la limpieza de los crímenes contra la humanidad y que ve hoy cómo otros países se ciscan en sus autoamnistías mientras Falange repele la afrenta doméstica. Queda refutado el mito de “la transición”, la reconciliación… Como escribía Fernando Fernán Gómez en Las bicicletas son para el verano, no ha llegado la paz, ha llegado la victoria. El Régimen de la Transición, que ayer mostró su rostro real, se asienta sobre la victoria.
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NOTA (1) La concentración en defensa de la investigación sobre el franquismo será el día que suspendan a Garzón a las 20h. Lo previsible es que sea el día 22, pero puede ser cualquier día: hoy mismo se reúne la permanente del CGPJ, aunque no parece que tengan competencias para suspender a Garzón. En Facebook hay un grupo (con 3.000 personas): en Madrid será frente a la Audiencia Nacional, pero en otras ciudades se están organizando en los foros de ese grupo.

NOTA (2) Han escrito también en Kabila, Capitalismo salvaje, amanece que no es poco, Dani Martínez, Iñaki Escudero, Ceronegativo, Escolar.net, Tierra de nadie, …

* Viñeta de Ferreres, aparecida en el diario Público, el sábado 17 de abril de 2010.
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