Salmerón-21 (*)

El Ateneo de Granada Republicana UCAR / El Independiente de Granada

12/05/2021

Comencé a escribir este artículo poco antes de las elecciones madrileñas del infausto 4-M, pero decidí completarlo tras conocer los resultados. Y aunque mi enfoque inicial ya era bastante pesimista, sin embargo ni en la peor de mis pesadillas podía imaginar el inmenso desastre que acarrearía esa consulta.

Es innegable que la campaña del PSOE ha sido mala de solemnidad; que la división de las izquierdas en nada ha beneficiado a las clases populares, y que la campaña de intoxicación de estirpe puramente fascista, desplegada por tierra mar y aire desde las tenebrosas factorías del trumpismo, de la prensa cavernaria y de la ultraderecha, no presagiaba nada bueno para los partidos democráticos (ni para las capas decentes de la sociedad).

Pues la realidad ha resultado mucho peor que cualquier pesadilla. La Comunidad de Madrid ha premiado con un respaldo masivo a un partido (el PP) y a una candidata (la Sra. Ayuso) cuya gestión viene a ser la suma de los siguientes elementos: los peores datos pandémicos de España se miren como se miren (excluidas Melilla y Ceuta, que son municipios sin término municipal); la catarata de muertes en residencias de ancianos con la prohibición de que estos fueran derivados a hospitales; junto con la irresponsabilidad de fomentar actividades festeras, hosteleras y callejeras de probado efecto contagioso (toros y bares).

Si atendemos al perfil de la candidata Ayuso, comprobaremos que su formación y su bagaje político son tan fértiles y floridos como el desierto de Tabernas. Sus argumentos intelectuales son tan complejos como el mecanismo de un sonajero. Su discurso ha consistido en culpabilizar compulsivamente al gobierno central de sus propios errores, mentir continuamente sobre todo lo que podamos imaginar, y tratar de superar a Vox en sus vertientes más ultramontanas. También traicionó a sus socios de Ciudadanos al convocar unilateralmente las elecciones. Y, como dato pintoresco, ha dado en condecorar a un personaje como Cristina Cifuentes (sin palabras). En el aspecto personal y familiar estamos esperando que se aclaren los escándalos de Avalmadrid y el “pisito” que le (¿prestó?) su amigo Sarasola para reponerse del Covid.

Pues bien, a fin de comprender cómo una cantidad tan grande de personas ha votado al dúo PP-Ayuso, no se me ha ocurrido nada mejor que consultar con la Biblia, y en el Eclesiastés (I,15) he leído: Numerus stultorum infinitus est (“el número de los tontos es infinito”). Santa palabra.

(*) Salmerón-21 es el seudónimo de un veterano republicano almeriense, integrante del colectivo cívico Granada Republicano UCAR.

http://www.elindependientedegranada.es/politica/elecciones-madrilenas-limites-espanto

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