Isaac Rosa

13/06/2012
Se abre el telón y aparecen, en un mismo escenario: el ex presidente de
Bankia firmando su propia indemnización; dirigentes de la Caja Castilla La
Mancha, de la CAM y de Banco de Valencia revisando extractos bancarios para
comprobar si han cobrado sus respectivos finiquitos; consejeros de ex Cajas de
Ahorro hoy convertidas en banco añadiendo ceros a la derecha de diversas
cantidades; concejales de urbanismo estrechando manos de promotores mientras con
la otra mano se guardan un abultado sobre en el bolsillo; los mismos concejales
y otros cuantos más aprobando en plenos municipales nuevos barrios para duplicar
o triplicar la población local, urbanizaciones sobre la arena de las playas,
campos de golf en zonas resecas, palacios de congresos, auditorios y puentes
colgantes de renombrados arquitectos; concejales tránsfugas cambiando de sillón
y de voto; presidentes de Diputación inaugurando aeropuertos sin aviones,
autovías sin tráfico y museos sin contenido; presidentes y consejeros autonómicos firmando falsos ERE,
fraccionando contratos para no sacarlos a concurso, entregando hospitales
públicos a empresas constructoras, haciéndose trajes a medida, hablando por
teléfono con amiguitos del alma, poniendo primeras piedras de parques temáticos,
velódromos, ciudades de las artes, ciudades de la justicia, ciudades de la luz,
ciudades de la ciencia, ciudades de la hostia; dirigentes tan defensores de la
familia que contratan a la propia hasta varios grados de consanguinidad;
directores generales cargando copas, putas y coca al presupuesto; consejos de
ministros firmando indultos a banqueros y aprobando amnistías fiscales; bancos
perdonando deudas a partidos; gobernantes incrementando su patrimonio a ritmo
exponencial; tesoreros firmando contratos fantasma para financiar el partido;
empresarios ofreciendo sobornos para conseguir contratos públicos; concejales
exigiendo sobornos a empresarios para otorgarles contratos públicos; diputados
votando en bloque para impedir comisiones de investigación y comparecencias;
empresas privatizadas y entregadas a compañeros de pupitre; palcos futbolísticos
donde se cierran negocios; un presidente de la patronal quebrando empresas,
dejando agujeros millonarios y a cientos de trabajadores en la calle; grandes
fortunas haciendo la declaración de la renta y saliéndole a devolver; aviones
con destino a paraísos fiscales que despegan con dificultad por lo cargadas que
llevan las bodegas; noventa y nueve mariachis cantando corridos en la junta
general de una Sicav; obispos marcando la X en la casilla de la declaración de
la renta; obispos disfrutando vacaciones eternas en el paraíso fiscal español;
un presidente del Tribunal Supremo cenando de lujo con su amigo en Marbella; el
yerno del rey, la hija del rey, el rey; Don Vito saliendo de la cárcel; Jaume
Matas usando la escobilla…
¿Cómo se llama la película?
¿Crisis? Frío, frío. ¿Hemos vivido por encima de nuestras
posibilidades
? Frío, mucho frío, helado. ¿Burbuja? Frío, frío,
seguimos lejos. ¿Estafa? Templado, templado. ¿Robo? Calentito,
calentito. ¿Corrupción? Caliente, muy caliente. ¿Corrupción
masiva
? Cada vez más caliente, a punto de quemarte. ¿Corrupción
sistémica
? Cuidado, cuidado, que te quemas…
Se cierra el telón. Aplausos y risas.
(Se ruega no traduzcan este chiste al alemán, no sea que lo lean en Berlín y
acaben mandándonos a tomar por…)
* En la imagen, “Spanish Symbol Recession”, la customización del toro de Osborne de Santa Pola (Alicante), por Sam3.

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