Jota Medina*
08/01/2015
Si de Granada tengo que añorar algo, es que fue mi trampolín para madurar, para preguntar y dudar, para ignorar los malos consejos y buscar otros antes de juzgarlos. ¡Cuánta gente me enseñó y me quitó los ruedines! Ahora miro al horizonte y veo tanto Atlántico… que me agobia no sentirme escalando el Veleta a cada paso: La montaña nos recuerda que siempre será difícil subirla pero no imposible. El ingeniero Santa Cruz, del que no se enseña una coma en la Escuela de Caminos, nos lo recuerda.
Granada se acuerda de García Lorca, donde “se agita la peor burguesía de España”, y se olvida, como de Santa Cruz, de Javier Egea o de Alejandro Otero. ¿”Se acuerda”? ¿”Se olvida”? ¿Quién se acuerda y se olvida?
Si aprendemos la historia es porque nos enseñan la historia. Y no sólo la enseñan las profesoras sino cualquiera que la haya vivido… o se la hayan contado. Lo que hoy hacemos forma parte de la historia y, sin embargo, recuerdo a compañeros preguntándome qué estaba haciendo la noche del 22 de marzo de 2014 por Madrid, si fumándome un porro o abriéndole la cabeza a algún policía. “Os habéis pasao” -me decían- “¿Tú sabes qué hemos visto por la tele?”.
¿Qué historia aprendemos? ¿Qué historia nos enseñan? ¿Conocemos quién fue Boabdil o sólo hablamos de un rey llorica? ¿Cómo vivían en la península Ibérica en la Edad Media? ¿Qué idioma hablaban? ¿Averroes, Maimónides o Almanzor no han aportado nada a “la historia”?
Extraigo una pequeña aportación sobre la Toma de este enlace (Negritas de la autora):
Para la toma de Granada se elaboró una capitulación otorgada por los Reyes Católicos (…) se garantizaba una serie de derechos, así como, la tolerancia religiosa (…) y avalaba una convivencia pacífica entre cristianos, musulmanes y judíos.
(…) Las capitulaciones anteriormente firmadas no fueron respetadas y pronto la tolerancia hacia el Islam disminuyó hasta la expulsión definitiva de los moriscos en 1609.
¿Esto es lo que celebramos cada 2 de enero? ¿Se ha disuelto el asqueroso sentido de esta fiesta o es cuestión de voluntad política perpetuar “la tradición”… o “la historia”?
Y, sobre todo, si esta es la celebración, ¿por qué convivencia luchamos?
P.D.: Afortunadamente y tras tantos años, parece que una llamita resplandece para el doctor Otero en Granada.
https://elratitoapie.wordpress.com/2015/01/08/primeras-lecciones-aprendidas-del-dia-de-la-toma/

* El autor es socio de UCAR-Granada.

** La pintura que acompaña el texto es La rendición de Granada (Francisco Pradilla, 1882).

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