El desaparecido Julio Anguita González y el doctor José Luis García Puche, presidente de honor de Granada Republicana UCAR, durante un acto celebrado en la antigua Facultad de Medicina el 26 de abril de 2014, con motivo de la presentación en nuestra ciudad del libro “Conversaciones sobre la III República”. La grabación del evento se puede ver en https://youtu.be/gBvSosc47n4 (fotografía y vídeo cedidos por el compañero Jesús de Manuel Jerez).

Comunicado de Granada Republicana UCAR ante el fallecimiento del histórico líder de la izquierda española

El Ateneo de Granada Republicana UCAR / El Independiente de Granada

16/05/2020

Este mediodía nos ha golpeado la noticia de la muerte del compañero Julio Anguita González (1941-2020). Cuando parecía que mejoraba poco a poco, según los partes médicos diarios del Hospital Reina Sofía de su querida Córdoba, la parca nos lo ha arrebatado a los 78 años, dejándonos huérfanos de referente.

Nuestra asociación, Granada Republicana UCAR, le debe mucho a Julio Anguita. La propuesta republicana que lanzó allá por 2004, tras retirarse de la primera línea de la política institucional, propició la creación de multitud de colectivos ciudadanos por toda España, vinculados a la plataforma impulsora del manifiesto, Unidad Cívica por la República (UCR). El 25 de abril de 2005, en los aniversarios de la portuguesa Revolución de los Claveles y de la Liberación italiana del fascismo, un conjunto de personas, vinculadas a diferentes ámbitos de la izquierda plural y espoleadas por el llamamiento de Julio y de UCR, constituimos, en los sótanos del Colegio Mayor Isabel la Católica de la capital nazarí, la delegación granadina de Unidad Cívica Andaluza por la República (refundada en 2015 como Granada Republicana UCAR).
La propuesta republicana de Anguita pretendía dotar de un primer armazón teórico al deslavazado movimiento republicano de entonces, superando la nostalgia por la arrasada II República y sentando las bases para conquistar la III. Su empeño didáctico, derivado de su vocación docente, le llevó a recorrer España de punta a cabo para intentar despertar las conciencias de una ciudadanía pasiva y desencantada (precisamente, justo dos días después de nuestro nacimiento, el 27/04/2005, el Califa Rojo impartió una histórica conferencia en el Aula Magna de la Facultad de Ciencias de Granada, un acto memorable mediante el que nos presentamos a la sociedad granadina del momento).
Julio luchó por la República porque quería un nuevo país, porque sabía que solo una República federal, laica y solidaria podría estar en condiciones de resolver los graves problemas de España y de los españoles y las españolas. La República por la que combatió Anguita sigue siendo un horizonte a alcanzar, la alternativa a esta Monarquía fallida que heredamos del franquismo y que lleva naufragando una década. La pandemia del coronavirus ha vuelto a desvelar las costuras del régimen de 1978, un sistema de poder copado por la derecha neoliberal y nacionalcatólica, obsesionada en derribar al actual Gobierno de coalición, teledirigida por el IBEX 35 y apoyada en su cometido por el estamento judicial y los medios de comunicación. Una España oficial muy alejada de las necesidades básicas de la España real (a veces, sorprendentemente aliada con uno de sus principales demonios, el secesionismo catalán).
Julio Anguita lanzó un vídeo en sus últimos días de vida, marcados por la crisis de la COVID-19, dando a conocer a la opinión pública el manifiesto “El hoy y el mañana: razones para nuestro compromiso”, del que destacamos los siguientes extractos, fundamentales para articular una Tercera República en nuestro país, partiendo incluso de los postulados sistemáticamente incumplidos de la propia Constitución vigente:
“Construir el mañana supone priorizar objetivos, potenciar mecanismos e instrumentos de intervención en la realidad y sustentar todo el proceso en parámetros éticos y de conductas de moral pública consecuentes con ellos.

A nuestro parecer, los objetivos a conseguir son tres: la concreción en la práctica de los Derechos y Deberes contemplados en el Título Primero de la Constitución, la creación de un tejido productivo que ligue la economía al territorio, a las necesidades materiales de la mayoría social y lo haga menos vulnerable a crisis como ésta y, en tercer lugar, políticas medioambientales que combatan el cambio climático y a las que toda la actividad productiva y de consumo superfluo se supediten. En resumen: pleno empleo, democracia económica y calidad ambiental.

El hoy y el mañana necesitan, además, de un Estado fuerte y de una sociedad civil igualmente fuerte”.
El documento demuestra que Julio ha muerto de pie, trabajando por la mayoría social desde su trinchera cordobesa, sin descansar nunca en su batalla de siempre por la libertad, la igualdad y la fraternidad.
La España Republicana no le olvidará jamás. Anguita se ha convertido en un mito, un ejemplo de político honrado, austero, decente y ajeno a las miserias de la politiquería. Ahora nuestra obligación es lograr que su leyenda no sepulte el contenido de su obra, consiguiendo más temprano que tarde el país digno en el que hubiera merecido vivir y morir. 
La III República, si somos capaces de hacerla realidad, sería la mejor victoria póstuma del maestro Julio Anguita, uno de los padres de la patria que está por venir.
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