Mayo de 2012
Hay que andarse con cuidado con la cultura postmoderna y sus
efectos sobre la vida cotidiana. El efecto más inmediato, tan directo como casi
siempre imperceptible (la idea más sibilina del diablo es “colar” que no existe,
igual que la ideología dominante), es el estar de vuelta de todo: nadie se
escandaliza ni aunque el mundo se derrumbe ante sus ojos. Y la verdad es que el
mundo, un cierto mundo, se está derrumbando mientras otro, a nivel de matices si
se quiere, está empezando a emerger.
Coinciden ante el no-escándalo: la
crisis de la monarquía, el derrumbe del sistema financiero, la recomposición
todavía no sangrienta del capitalismo sobre la base del empobrecimiento masivo,
los nuevos golpes de estado tecnocráticos de un cierto fascismo sonriente
(Italia y Grecia), y el anuncio, por no seguir con una lista interminable, de
“golpecitos” territoriales como el que se prepara contra la experiencia
“comunista” de Andalucía, a través de la “intervención” si no se asumen
religiosamente los dogmas del déficit y la deuda.
El caso de Andalucía es
singular, ya que el problema primario no es formar gobierno o no, una vez se ha
decidido que no puede pasar el PP y que, además, ya que no se deben dar
elecciones anticipadas, la estrategia de IU pasa ineluctablemente por la
estabilidad durante cuatro años. El problema primario, que no termina de verse a
pesar de sus perfiles escandalosos, es el anuncio de “golpecito” a Andalucía por
tierra, mar y cielo. Por tierra: dada la marea azul de la inmensa cantidad de
ayuntamientos conseguidos por el PP. Por mar: rodeando el territorio desde el
gobierno central a través de recortes, intervenciones parciales, o menos, en
conexión con la mayoría minoritaria del PP en el Parlamento andaluz. Y por aire:
Europa y sus mercados no se pueden permitir un caso social-comunista como el de
Andalucía, más grande que 16 países de la UE-27, y mucho menos después de los
importantes matices que parece va a introducir en la arena europea el caso
francés; de ahí el anuncio de The Guardian, presentando una especie de modelo
económico-militar, de la futura intervención de Andalucía, que aparece rodeada
en el gráfico publicado de pequeños guardias rojos.
Pero decía más arriba
que la cultura posmoderna, que es la cultura específica del llamado capitalismo
avanzado, nos hipnotiza con la tranquilidad del no-escándalo mientras el corazón
financiero-mediático que nuclea la llamada actualidad sustituye a dirigentes
democráticos por ejecutivos bancarios o disuelve resultados electorales ante la
tranquilidad de una inmensa mayoría de ciudadanos (o mejor, televidentes o
clientes o consumidores), máxime ahora que se están dando los golpes y
“golpecitos” de estado sin utilizar los tanques.
Por eso, desde el
escándalo, intento alertar de esta situación y llamo a los andaluces de todos
los países y a los revolucionarios y antineoliberales del orbe entero a estar
preparados con espíritu de brigada internacional para defender a partir de ahora
el caso andaluz frente a los “pinochetistas” sin tanques, por ahora.
http://www.mundoobrero.es/pl.php?id=1817&sec=6&aut=104

* La última y magistral novela del autor, Tiempo de ruido y soledad” (Almuzara, 2012), fue presentada el pasado día 28 de abril en la ciudad de los cármenes por nuestro compañero Baltasar Garzón Garzón, vicepresidente provincial de UCAR-Granada.

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