
07/05/2013
Se ha echado a rodar la especie de que el descrédito de la Monarquía es, solamente, el descrédito de la Corona, acaso con la idea de que cambiando esta, es decir, el titular que la ciñe, se pueda conservar incólume aquella. A tal fin, y contraviniendo aparentemente el tabú que hasta poco blindaba el trono, se relacionan los episodios que habrían enajenado la voluntad y la opinión de los ciudadanos respecto al añoso monarca, cual establece la última encuesta del CIS: las granujerías del yernísimo Urdangarin al amparo del real nombre y de la real casa, la imputación de la Infanta Cristina por sus presuntas actuaciones en dichas granujerías, los safaris a todo trapo mientras el pueblo pasa hambre, las amistades, tan entrañables como peligrosas, con una princesa tuneada de aire austro-húngaro… Sin embargo, esa no es la causa de la desafección, sino la gota, las gotas, que han colmado el vaso.
http://www.europapress.es/opinion/rafaeltorres/margen-descredito-corona-20130507120016.html
* Rafael Torres es periodista y novelista.
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