«Si según Keats “la belleza es la verdad”, la izquierda no puede ser sino bella»

Gregorio Morales*

Ideal
17/04/2012
Suculenta cena republicana.
Señera. No por la calidad de los alimentos, que también, sino por la de los
asistentes. Hay glamour en el Rincón de Lorca, lugar de la celebración. Como muy
bien demostró Azaña, la belleza no está reñida con la izquierda. Es más, si
según Keats “la belleza es la verdad”, la izquierda no puede ser sino bella. La
atmósfera es luminosa; la disposición de las mesas, matemática e íntima; el
salón, inspirador. Hay banderas republicanas por todas partes, en los muros, en
las solapas de las chaquetas, en los vestidos. Y en las mentes.
Ceno junto a Ángel
Pertíñez, concejal de IU en Otura, y Manuel Sánchez Díaz, supervisor de obras
del Ayuntamiento de Granada. ¡No paramos de hablar! Está llena de vértigo esta
conversación a tres voces. ¡Todo sale en ella! Si el pacto de Izquierda Unida
con el PSOE es bueno o no. Los piquetes de la última huelga. Si estos piquetes
serían posibles en Cuba (tenemos a un educadísimo matrimonio cubano cenando con
nosotros). Los problemas del Ayuntamiento de Otura. Y el antifranquismo
militante. Manuel Sánchez nos cuenta cómo siendo un niño iba al kiosco de Puerta
Real a recoger los ejemplares de “Mundo Obrero”, cuya simple posesión te
conducía a la trena, para repartirlos clandestinamente entre los militantes. Lo
acribillo de preguntas y él me cuenta y me cuenta…

Amo a esta
gente de convicciones firmes y de comportamiento valeroso, que han sufrido y
que, precisamente por ello, te acogen sin doblez, por ti mismo, no por el
relumbrón social.

Cenamos en la casa
donde el “obrero amaestrado” fue a detener a García Lorca, a unos pasos del
Gobierno Civil de entonces, hoy Facultad de Derecho, primera estación del poeta
de Fuente Vaqueros en su camino hacia el Gólgota. ¡Sólo nos separan cien metros!
No resulta extraño que la República se vea ahí mismo, a la vuelta de la
esquina.
Es una cena al
viejo‑nuevo estilo. Lo importante no es la comida, sino los postres. O sea, la
palabra. Numerosos invitados la toman. El micrófono pasa de unos a otros. José Luis García Puche, ¡tan brillante, tan audaz, tan joven siempre! Antonina
Rodrigo, que ha bebido en la fuente Castalia, con su Mariana Pineda, vieja
conocida. Mercedes del Amo, a quien acompaña el hijo de Salvador Vila, el rector
fusilado por los franquistas. Y muchos otros, de todas las edades y
perspectivas, cada uno iluminando una parcela oscura del presente, que queda
meridianamente revelado.

El cante arrebatador de Carlos Cruz “Hijo” remata la poesía
de esta noche cargada de futuro. Y moviéndolo todo, entre bambalinas, el
director de escena, el ex diputado Baltasar
Garzón
, que pone pericia y armonía en su obra. ¡Y qué obra! De ésas que
quedan en el corazón. Y es que Baltasar sabe que el corazón manda. Los
invitados se le cuadran a la salida. “¡Más República, maestro!”.
* Gregorio Morales Villena es socio fundador de UCAR-Granada.

** En la fotografía, algunos de los jóvenes militantes del movimiento republicano granadino durante la celebración de la pasada VIII Cena Republicana Granadina, a la que está dedicada el presente artículo.

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