Viñeta del maestro Andrés Vázquez de Sola sobre el coronavirus y la peste borbónica.
José María García Labrac (*)

El Ateneo de Granada Republicana UCAR / El Independiente de Granada

13/04/2020

La República en España sería en el horizonte la irradiación de lo verdadero, promesa para todos, amenaza para el mal únicamente; sería ese gigante, el Derecho, en pie en Europa, detrás de esa barricada llamada los Pirineos.
Si España renace monarquía, es pequeña.
Si renace República, es grande.
Que escoja.
(Victor Hugo, 1868) 
Por primera vez en dieciséis años, esta primavera de 2020 no celebraremos nuestra tradicional Cena Republicana Granadina. La pandemia del coronavirus ha provocado la suspensión de la conmemoración anual de la proclamación de la II República Española, el acto central de la asociación que me honro en presidir, Granada Republicana UCAR. Además, la emergencia sanitaria mundial nos ha obligado a aplazar el evento del XV aniversario de nuestro colectivo, fundado el 25 de abril de 2005 en los sótanos del Colegio Mayor Isabel la Católica.
Este mes de abril está siendo muy distinto a los anteriores. Tenemos que permanecer en casa el máximo tiempo posible para evitar que el virus se expanda a toda velocidad, colapsando el sistema sanitario público, tan dañado por la ofensiva privatizadora de la derecha. Nuestra responsabilidad como ciudadanos/as es respetar el confinamiento y la cuarentena que han establecido las autoridades, colaborando para derrotar a la enfermedad cuanto antes. Nos veremos cuando amaine la tormenta. Ahora toca resistir. El esfuerzo es mínimo, comparado con las adversidades que superaron nuestros mayores en otras épocas terribles.
Al inicio de la crisis, cuando se hicieron públicas las escandalosas comisiones pagadas por la dictadura saudita al rey emérito junto con las donaciones de este a su antigua amante, el actual monarca salió a la palestra, anunciando que renunciaba a la herencia de su padre, reconociendo implícitamente sus corruptelas y pretendiendo salvar la Monarquía a toda costa, dejando en la estacada al anciano playboy. Las redes sociales ardieron y se lanzó una cacelorada republicana que tuvo cierto éxito, al amparo de los primeros días de aplausos colectivos a los trabajadores de la sanidad. Posteriormente, la cuestión desapareció de la primera línea, quedando oculta tras los furibundos ataques de la dupla PP-Vox a la gestión del Gobierno PSOE-UP. Los medios obedecieron las consignas de sus amos e hicieron desaparecer el asunto de la agenda pública, dedicando toda su artillería a descabalgar al Ejecutivo de coalición, proponiendo que lo reemplazara un Gobierno tecnocrático de concentración, al servicio de unas élites preocupadas por el futuro de sus cuentas de resultados.
Cuando consigamos vencer al coronavirus y podamos reencontrarnos en calles y plazas, habrá que pensar muy seriamente en acabar con el virus de la Corona, la principal tara del régimen del 78. Por higiene democrática, tendríamos que desinfectar la Zarzuela y las instituciones del Estado de la enfermedad monárquica, levantando una nueva España desde las virtudes republicanas. El país que necesitamos para afrontar los retos del porvenir, como el cambio climático (que puede dejar a la COVID-19 a la altura del betún), debe ser una República soberana, que se haga respetar en Bruselas y en Washington, reforzando los lazos fraternales con Portugal y con las naciones de América Latina y del Mediterráneo. Un rompeolas contra la corrupción y el desmantelamiento del Estado de Bienestar, que nos permita prepararnos para afrontar pandemias, epidemias y catástrofes, defendiendo siempre la supervivencia de la especie humana frente a los mercaderes de la vida y la dignidad. 
El próximo 14 de abril, a las nueve de la noche, aunque no podamos abrazarnos ni brindar por la Tercera, hay que volver a sacar la tricolor al balcón, hacer sonar el Himno de Riego y golpear nuestras ollas y cacerolas para que el mundo entero sepa que la República sigue viva en los tiempos del coronavirus, como la medicina ideal para superar la peste borbónica y construir un país libre y soberano. Nuestra patria es la gente. Solo el pueblo salva al pueblo. España es mucho más que esa ralea de ultras que hoy amenazan la convivencia. España somos nosotros y nosotras, los herederos de siglos de luchas, de victorias y de fracasos, los llamados a protagonizar un mañana mejor.
España también eres tú. Hazte oír este martes, por ti y por los tuyos. En definitiva, por la República, un nuevo pacto social para enfrentar juntos y juntas los desafíos que vendrán.
(*) El autor es el presidente de la asociación Granada Republicana UCAR.
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