José Luis Pitarch*
Crónica Popular
20/01/2014
Unidad Cívica por la República (UCR) constituye una Asociación cuyo objeto es promover el republicanismo en convergencia federal. Asumimos, pues, un papel concientizador e informador para con la ciudadanía, que en buen número desconoce la hondura que entraña el concepto “República” y la abyección que ha sido para España la monarquía borbónica, especialmente desde Carlos IV hasta hoy, con monarcas particularmente infames como Fernando VII, asesino de Riego, Isabel II, manceba profusa de militares y otros, Alfonso XIII; o la actual perla mata-elefantes y fornica-princesas, acaparador de dineros, que nos impuso el dictador genocida Franco, quien decía (Juan Carlos) el 23 de julio de 1.969 en La Zarzuela: “Prometo firmemente velar por los Principios de nuestro Movimiento Nacional”, juramento que repitió ante las Cortes, añadiendo: “Recibo del Generalísimo Franco la legitimidad política surgida el 18 de julio de 1.936”.
Este papel que asumimos, con humildad y decisión, de informar a los ciudadanos/as de lo que significa la República adquiere principal dimensión y responsabilidad en un momento de terrible situación social y política en nuestro país, saqueado por los grandes poderes económicos, con una “clase política” supurando corrupción por todos sus poros, padeciendo como nunca la abyecta alianza de esos poderes bastardos con una Iglesia traidora a su Evangelio (no hablo de todos los clérigos, sino particularmente de los obispos, a quienes no se oye llorar por los más pobres y abandonados como haría su Cristo,sino llevarse inmensos fajos del dinero de todos nosotros).
En esta situación, ha ido ganando fuerza la idea y porvenir de República, y por todas partes se oye y lee el binomio “Proceso Constituyente”, como un ilusionante proyecto de futuro social y político, futuro republicano. Aunque muchos no sepan explicar del todo en qué consiste, a la vez que “huelen”, respiran su hondura y firmeza. Digamos algunas palabras al respecto. En primer lugar, ¿qué queremos decir con “proceso”? La respuesta tiene dos caras confluyentes, como una moneda. De un lado, “proceso” es una serie o conjunto de Acciones, de “batallas”, que apuntan hacia unos resultados o logros. Tratándose de un Proceso Constituyente, el logro será una Constitución, una nueva Constitución. En nuestra coyuntura, una Constitución republicana, esto es, la III República.
Desde otra perspectiva (la otra “cara”), “proceso” es el itinerario o viaje de ir conjugando, uniendo alientos de fuerzas populares y políticas, de múltiples iniciativas republicanas, creando conciencia cívica y poder popular en su mejor sentido. Hasta llegar unidos a una ruptura democrática, ejerciendo el derecho a decidir sobre la forma de Estado y edificar un nuevo orden o modelo, un nuevo contrato social y político que entrañe una verdadera Legitimidad, una legitimidad republicana. Que entierre la ilegitimidad de una monarquía por dedazo del caudillo fascista y bajo palio como la hostia santa.
Seamos, pues, informadores y catalizadores de este Proceso Republicano. Hagamos ver a la gente que hablar de República es hablar de Derechos Humanos, de dignidad política y social. Es hablar de Justicia y Laicidad, sin interferencias de ninguna religión. Explicar que la “Transición” fue un fiasco, fue una “transacción”, esto es, un “transigir”, que significa consentir lo que no se cree justo o verdadero. República, en suma, es simplemente Regeneración, lo que este pueblo necesita tanto.
Nuestro Proceso Constituyente equivale a reunir, en una dinámica de acumulación de fuerzas, apostando por lo que tenemos los republicanos en común. Y es una dinámica de brío político hacia un probable Referéndum Monarquía-República, como en Italia y Grecia tras sus dictaduras fascistas. La ilegítima Constitución de 1.978, fabricada bajo coacciones y ruido de sables, es como una ratonera que tiene al pueblo español de ratón. Los Títulos Preliminar y Primero de la misma blindan la monarquía de Franco.
Luchamos, en suma, por una República que sea un Régimen (no amañado como la actual Constitución) de Derechos Humanos. Sigamos, para ello, en la brecha, creemos Ateneos Republicanos y nuevas “UCRs” regionales cuando sea posible, expliquemos que éste es un tiempo de enorme responsabilidad, y muchos resultados en la vida dependen de nuestras propias expectativas. Exijamos, en fin, la Devolución de una importante parte de la Soberanía que retiene, gracias a la amañada Constitución de 1.978, una dinastía borbónica que ya ha venido cuatro veces y sabe que por quinta vez, ¡ni hablar!
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