19/10/2014
Según se cuenta, el embajador de los EEUU en España, en su reciente visita a Andalucía con motivo de la utilización de las bases de Rota y Morón, le preguntó a un alto cargo de la Junta si creía que era posible un acuerdo entre Podemos e IU.
La pregunta es significativa por sí misma, pero tiene otro significado, mucho más extenso e intenso, si la realiza el embajador del imperio, que hasta no hace mucho se arrogaba el derecho a conceder o no el “placet” a los gobiernos que se constituían en la Europa occidental. Dicho ejercicio de “placet” iba precedido, naturalmente, de las oportunas pesquisas de la CIA, dedicadas no solo a valorar líderes, movilizaciones, movimiento sociales y partidos, sino a valorar también las consecuencias de las elecciones y la formación de los gobiernos consecuentes.
Fue una pregunta simple, directa, en orden, por encima de otras. Y esto habla, queramos que no, de una preocupación que puede afectar a problemas internos, en los que presuntamente no entran (ni salen), y a otros problemas, referidos a las relaciones internacionales y muy específicamente las políticas de paz y la solidaridad, y al entendimiento (clave) con esa flotante categoría de “comunidad internacional” que avala o deslegitima guerras, que genera coaliciones y bombardeos, y que tiene en las bases de Rota y Morón un apoyo privilegiado para escudos antimisiles, vigilancia con respecto a África o zonas de cuarentena para soldados procedentes de las tierras del ébola (“Andalucía”, tras la foto, le dio pleno permiso y confianza para esta función de cuarentena).
Se supone que la base argumental de esa pregunta no sólo está en la observación simple de la realidad, a través de los medios de comunicación, que también, sino en la confección y estudio de las encuestas pertinentes, cualitativas y cuantitativas, en esta España donde la transición carbonizada ha dado paso al paro masivo y la cleptocracia; y ha dado paso asimismo a una movilización permanente, alternativa, que levantó la liebre un 15M y la convicción generalizada de que sí se puede, a pesar de los pesares y a pesar de la CIA y los hombres de negro.
Es decir, si el gobernador hace esta pregunta en su visita a tierras calientes, quiérese decir que la suma de Podemos e IU podría conquistar el gobierno, e incluso, si las cosas se agudizan, podrían llegar a conquistar el poder. Es así. ¿Para qué le vamos a dar vueltas a las cosas y andar con merodeos y perífrasis?
La esperanza de “ellos”, se supone, radica en la torpeza de los que pueden perseguir por separado la revolución democrática del sí se puede. Saben los delegados del imperio que hay condiciones objetivas y que empiezan a crearse las subjetivas, pero confían en una epidemia de torpeza global que lleve todos los vectores, objetivos y subjetivos, a una especie de rosario de la aurora integral. Quedando siempre la posibilidad de la ‘grosse koalition’ entre PP y PSOE como ocurre, con unos u otros formatos, en una decena de países europeos. Pero también saben que la segunda transición, que consolidaría el bipartidismo, el paro y la miseria estructurales, y la democracia de bajo voltaje, no sería posible con un grupo parlamentario alternativo, apoyado en la calle, de muchas decenas de diputados, quizás por encima del PSOE, y acercándose “magnis itineribus” a los porcentajes que se le suponen al PP.
Y todo esto en el plazo de un año. El año que vamos a vivir con una suspensión del aliento, sabiendo que no se ha inventado la vacuna contra la epidemia del “Rosario-de-la-Aurora”.
http://www.andalucesdiario.es/mares_del_sur/la-pregunta-del-embajador/
* Fotografía del encuentro entre Susana Díaz, presidenta de la Junta de Andalucía, y James Costos, embajador estadounidense en España, durante la estancia del diplomático en nuestra comunidad autónoma.
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